¿Qué son los antioxidantes y por qué hacen daño?
Los átomos, que forman las moléculas, tienen la misma cantidad de electrones que de protones, confiriéndole cierta estabilidad al átomo. Cabe recordar que los electrones se encuentran en la periferia y los protones en el núcleo. Por ejemplo, una molécula de oxígeno tiene 8 electrones en su periferia y ocho protones en su núcleo, lo cual le da un equilibrio de cargas, ya que ocho cargas positivas en el núcleo y ocho cargas negativas en la periferia se neutralizan.
Sin embargo, el átomo busca estar todavía más estable y así poder parecerse a los gases nobles. Éstos, en general (ya que el helio, como excepción, tiene dos electrones en su periferia, y es suficiente para él), tienen una característica fundamental: en su órbita externa cuentan con cuatro parejas de electrones; un total de ocho.
Tal es el caso del Neón, que como se puede observar a continuación tienen ocho electrones en su periferia. Por lo general, un átomo se halla estable rodeado de ocho electrones en su capa más externa, imitando a los gases nobles.
A continuación presentamos los gases nobles de otra manera. Obsérvese que tienen los ocho electrones en su órbita más externa, a excepción del Helio, que tiene dos.
Los radicales libres deben ser neutralizarlos con antioxidantes”.
En la búsqueda de esa estabilidad los átomos comparten electrones para emparejarlos, ya que la forma más estable de un átomo se produce cuando sus átomos están emparejados.
¿Qué es un radical libre y por qué busca un electrón?
Un radical libre, o también conocido simplemente como un radical, suele ser un átomo que tiene uno o más electrones no aparejados. Estos átomos son muy reactivos y “roban” al átomo con el que concurran.
Este proceso, de forma masiva y crónica, pueden constituir un factor de riesgo de enfermedades degenerativas, ya que se produce una reacción en cadena debido a que el átomo inestable (el radical libre) ataca a otras moléculas para robarles su electrón y las convierte a su vez en radicales libres, los cuales interfieren con el funcionamiento y estructura celular.
El problema más grave se produce cuando atacan al ADN, pudiendo crear daños irreversibles.
La solución es neutralizarlos con un antioxidante que, como vemos a continuación, aporta un electrón al radical libre, de forma que no lo toma de nuestro cuerpo.

Un ejemplo de antioxidante compartiendo electrones ©.
De aquí la importancia de ingerir antioxidantes.
Los antioxidantes o son producidos por el organismo, o son aportados por la dieta. En general la producción endógena también depende de la dieta. Entre los antioxidantes más importantes en los alimentos cabe destacar: vitamina C, carotenoides, vitamina E y los polifenoles, y en ellos el más abundante son los flavonoides.
Cuando comentamos acerca de las propiedades antioxidantes la Moringa destaca por su alto nivel antioxidante medido en ORAC 131.000 (100 veces el te verde, 14 veces los arándanos, mas de doble que la espirulina en contenido de fenoles y flavonoides) y por su composición en vitamina C (7 veces más que las naranjas) y E (3 veces más que las espinacas).
Un totum vegetal capaz de dar un óptimo Aporte Diario Natural.

Hojas de Moringa Yguá, con una capacidad antioxidante 100 veces superior a la del té verde ©.