Vivimos en sociedades complejas, donde son constantes el estrés, inseguridades y desafíos a muchos niveles. Estas problemáticas pueden suponer un peaje en nuestra salud: no sólo física, sino también emocional y mentalmente. Porque somos más que meros seres físicos. Incluso la mente más científica acepta hoy en día que estamos formados por energía. Y que la energía nunca desaparece. Sin embargo, nuestros cuerpos envejecen y nuestros días llegan a su fin en algún momento en el tiempo. Así, mientras vivimos debemos esforzarnos para estar sanos.

En ese sentido se manifiesta el prestigioso Doctor Matthias Girke, médico antroposófico alemán que ha creado el hospital General de Havelhöhe, Berlín, uno de los centros médicos de referencia en Alemania.

El Doctor Matthias Girke, médico antroposófico que fundó el hospital General de Havelhöhe, en Berlín.

El Doctor Matthias Girke, médico antroposófico que fundó el hospital General de Havelhöhe, en Berlín.

En una entrevista concedida a La Vanguardia señala que “La curación de enfermedades crónicas está relacionada con la transformación de la persona y con dar soporte a sus fuerzas autocurativas”.

Éstas son “las defensas del cuerpo: una amigdalitis, una gripe, una fractura se curan solas. La medicina convencional no da suficiente apoyo a esta capacidad de remisión”.

El Doctor Girke ha comprobado empíricamente que “el estrés y la tensión debilitan el sistema inmunológico. A un paciente estresado la musicoterapia le ayuda a soltar la tensión. La euritmia creativa (Combinación armónica de proporciones, líneas, colores o sonidos) es como una meditación en movimiento, y sus efectos fisiológicos están hoy muy documentados”.

Hay que centrarse en fortalecer la salud y no en la enfermedad. Tener una visión integral del ser humano”.

A medida que nuestro mundo cambia también nosotros debemos adaptarnos. Las comunicaciones en todo el mundo se han desarrollado hasta el punto de que ninguna persona en la Tierra está exenta de algún tipo de responsabilidad hacia los demás.

Pero la responsabilidad empieza con nosotros mismos, con nuestro cuerpo y nuestra mente. Para mantener estos ámbitos propios saludables hay que seguir unos sencillos pasos hacia una vida con bienestar integral. La forma de obtener, conservar o recuperar una existencia saludable es bien conocida: vivir con sencillez. Para ello es recomendable comer pequeñas cantidades en lugar de porciones grandes; tomar alimentos frescos y naturales, además de orgánicos (si se puede).

Una dieta bien balanceada incluye pescado, carne, granos, legumbres, frutas y especialmente vegetales. Por el contrario, debería minimizarse el consumo de productos alimenticios manufacturados, alimentos pre-cocinados, bebidas azucaradas, alcohol y comida rápida.

Debemos beber agua en abundancia,  a poder ser enriquecida con un alimento funcional como la Moringa, hacer ejercicio con regularidad y tratar de dormir profundamente”.

Sin embargo, más allá de estos buenos hábitos físicos, hay otros pasos que uno debe tomar hacia una salud integral, que comprende nuestra esfera mental y anímica. Estos incluyen tener una conciencia serena y una mente abierta, estar en armonía con uno mismo, abundar en la risa, procurar el contacto con los reinos animal y vegetal, vivir en el presente con una visión optimista del futuro próximo, utilizar técnicas de meditación y ejercitar la voluntad de ayudar, especialmente a los que están en peor situación que nosotros.  Todos estos hábitos también promueven el bienestar.

Debemos tratar de crear paz en nuestras vidas y en las vidas de las personas cercanas a nosotros. Este, de conjunto con los buenos hábitos físicos, es el camino a la salud.

Debemos tratar de crear paz en nuestras vidas y en las vidas de las personas cercanas a nosotros. Este, de conjunto con los buenos hábitos físicos, es el camino a la salud.

Una persona sana acepta lo que no pueden cambiar, cambia lo que él o ella puede y reconoce su pequeña parte en la gran rueda de la vida. Parte de ser saludable es aprender a aceptarse. Conviene disfrutar de la breve mariposa de la felicidad, pero nunca confiar en su permanencia, ni permitir que su ausencia nos reste armonía. El dolor y la miseria son los maestros más fiables.

En ese sentido, El Doctor Girke promueve encontrar virtud en la enfermedad. “Lo abordamos es la psicooncología, donde los pacientes aprenden a manejar el cáncer como un reto y a encontrar el sentido de su enfermedad en su biografía”.

Todos debemos tratar de crear paz en nuestras vidas y en las vidas de las personas cercanas a nosotros. Este, de conjunto con los buenos hábitos físicos, es el camino a la salud.